Exposición: Hollywood Costume

miércoles, 1 de octubre de 2014

Exposición: Hollywood Costume

Ni se hicieron con los mejores materiales ni estaban pensados para resistir el paso del tiempo. Muchos de los trajes icónicos de la historia de Hollywood han estado guardados de cualquier manera o incluso en alguna ocasión han sido rescatados de la basura. Sin embargo, pocos trapitos son tan recordados como el vaporoso vestido blanco que lució Marilyn Monroe en La tentación vive arriba, las zapatillas rojas de El mago de Oz o el sombrero de Indiana Jones. Estas son algunas de las piezas que forman parte de Hollywood Costume, la vasta exposición que este jueves abre sus puertas en la que será la próxima sede del museo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. La exposición retoma y expande el material recopilado para el museo Victoria & Albert de Londres con una muestra que quiere explorar la importancia del vestuario cuando hablamos de cine.



En total 150 los atuendos expuestos, conviviendo los clásicos con los modernos, los trajes de época con los más contemporáneos o incluso aquellos que no pertenecen a este mundo. Según explican los organizadores de la Academia, su deseo no es alimentar la nostalgia mostrando el cine que fue sino el que será. De ahí que conviva la boina de Faye Dunaway en Bonnie & Clyde con la gabardina amarilla de Warren Beatty en Dick Tracy. O el atuendo espacial de Hans Solo de La guerra de las galaxias con el del último James Bond que vistió Daniel Craig. Mientras que un maniquí con el esmoquin de Marlene Dietrich en Marruecos le enciende el cigarrillo a otro emulando a Sharon Stone en su provocativo conjunto color hueso del inolvidable cruce de piernas en Instinto básico. Como recuerdan sus organizadores, el deseo es mostrar la historia del cine mediante sus vestidos pero de una forma entretenida, alejada de esos otros intentos que en el mejor de los casos se parecen a un museo de cera y en el peor, a ropas de muerto colgadas de una percha.


De ahí que la muestra esté elaborada como una película. Un filme que abre los armarios de Hollywood en tres actos y donde los trajes están identificados por su aparición en el guion y no por un aburrido cartelito que nadie lee. También cuenta con actores cuya presencia virtual explica algunos de los atuendos expuestos. Ese es el caso de Meryl Streep, su imagen pacientemente sentada explica al curioso los diferentes detalles de los muchos trajes que han hecho de ella la actriz más veces candidata a ganar el Oscar. Lo mismo ocurre con Martin Scorsese, director y estudioso del cine capaz de hablar de sus películas y de las ajenas, como por ejemplo, sobre el conjunto que vistió Tippi Hedren durante el rodaje de Los pájaros.


Dado que esto es Hollywood no pueden faltar los trajes de época como los de Shakespeare enamorado o incluso esos más cercanos, pero igual de opulentos, como los utilizados por Baz Luhrmann y diseñados por su esposa, Catherine Martin, en filmes como Mouline Rouge o El gran Gatsby. Pero la exposición también mezcla el icónico mono amarillo de Kill Bill con el igualmente recordado tres piezas de macarra de discoteca que vistió John Travolta en Fiebre del sábado noche o el traje casi funerario por el que serán recordados por siempre Los Blue Brothers. También se han sumado a la fiesta los actuales superhéroes, sus trajes, sus capas y sus escudos incluido ese Superman que con la cara de Christopher Reeve y los calzones rojos por fuera sobrevuela la mucho más sobria, reciente y musculosa malla que vistió Henry Cavill en la última encarnación del héroe de héroes.

Del valor de los protagonistas de esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 2 de marzo, nadie habla. En su mayoría son propiedad de coleccionistas privados, y en algunos casos forman parte del fondo de la Academia. Ese es el caso de las zapatillas rojas que vistió Judy Garland en El mago de Oz por las que se estima la Academia pagó de los 1,5 a 2,3 millones de euros con tal de preservar este fragmento de magia e historia.

Fuente: El País

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