noviembre 2013

jueves, 28 de noviembre de 2013

Clásicos de La 1: El golpe

Clásicos de La 1: El golpe   el JUEVES, 28 de noviembre a las 22:30 - 00:35h

Chicago, 1936. Sin saberlo, dos pequeños timadores eligen como víctima de una de sus estafas a un tipo que resulta ser un correo de la mafia y que transporta una gran cantidad de dinero. Como resultado, el mayor de ellos acaba muerto y el más joven tiene que salir por piernas de la ciudad. Dispuesto a vengarse, acude a un viejo amigo de su antiguo socio junto al que planeará un gran timo destinado a desplumar al mafioso que lo asesinó. 



Un mítico thriller en clave de comedia que ganó siete premios Óscar, entre ellos los correspondientes a mejor película, dirección y guion. Fue la segunda colaboración entre el cineasta George Roy Hill y el estelar dúo formado por Paul Newman y Robert Redford, después de la exitosa Dos hombres y un destino, filmada cuatro años atrás. La película sirvió, además, para volver a poner de moda el 'ragtime', un estilo musical de los años 20 cuyo mayor exponente fue Scott Joplin. Precisamente, se recuperaron sus partituras originales para la banda sonora de la cinta.

martes, 26 de noviembre de 2013

Subasta: De lo que los sueños están hechos

La estatua del halcón que dio título al clásico del cine The Maltese Falcon alcanzó en Nueva York los 3,5 millones de dólares en la subasta más cinéfila de la casa Bonham, donde también se vendió por 380.000 dólares el coche que llevaba a Ingrid Bergman y Humphrey Bogart en Casablanca.

Bogart y el halcón maltés
Con 30 centímetros de altura y 20,5 kilos de peso, el halcón tallado en plomo y de color negro, el único certificado por la Warner Bros. como original de la película, se convirtió en la estrella de una sesión titulada De lo que los sueños están hechos, que hizo las delicias de los coleccionistas de cine con más de trescientos objetos en su catálogo.

The Maltese Falcon, película basada en la novela de Dashiell Hemmett, supuso en 1941 el debut como director de John Houston, está considerada la pieza fundacional del cine negro estadounidense y fue uno de los títulos que auparon la carrera de Humphrey Bogart, en el papel del detective Sam Spade.

Precisamente, el tirón como icono del actor estadounidense se dejó notar no solo en el hecho de que el guión final de la misma película se subastara por 22.000 dólares, sino en que el segundo objeto mejor vendido de la noche fue el coche de otro de sus clásicos, Casablanca (1942).

El Buick Phaeton fabricado en 1940 que llevaba a Ingrid Bergman, Humphrey Bogart, Claude Rains y Paul Henreid al aeropuerto de Casablanca o, lo que es lo mismo, al mítico desenlace del filme en el que se pronunciaba la famosa frase "Siempre nos quedará París", alcanzó el precio de 380.000 dólares.



Buick Phaeton de Casablanca.

Otro icono del cine como Audrey Hepburn consiguió que un gorro de piel diseñado por Givenchy para el filme Funny Face (1957) alcanzara la cifra de 70.000 dólares, 5.000 dólares más que el casco de buzo que se llevaba en el Nautilus de 20.000 Leagues Under the Sea, la adaptación de clásico de Julio Verne que realizó Richard Fleischer en 1954.

El icono sexual por excelencia del cine estadounidense, la malograda Marilyn Monroe, también se hizo valer esta noche y ocho páginas de cartas manuscritas y dirigidas a su tutora, Grace Goddard, alcanzaron un precio de 45.000 dólares.

La que acostumbra a copar la primera posición en la lista de películas mejor valoradas de todos los tiempos, Ciudadano Kane, de Orson Welles, estuvo presente en esta subasta a través del tercer borrador de su guión, que se adjudicó por 28.000 dólares.

Entre los objetos más curiosos se encontraba un cuadro que Geza Kende había realizado a la actriz de cine mudo Clara Bow, pero que además había pertenecido al Drácula más famoso del cine, Bela Lugosi. Su precio de martillo fue de 24.000 dólares.

Una negligée que llevó Vivien Leigh en Gone With the Wind vendida por 45.000 dólares, un reloj del protagonista masculino de aquel filme, Clark Gable, por 23.000 dólares y la camisa psicodélica de Peter Fonda en Easy Rider, por 11.000 dólares, fueron algunos de los objetos destacados de esta subasta cuyo catálogo contaba con alrededor de 300 objetos.


fuente: RTVE.es

domingo, 24 de noviembre de 2013

Los Simpsons, el cine y la moda

En el casi cuarto de siglo que la serie animada más famosa del mundo lleva en pantalla, a la madre de Los Simpson le ha dado tiempo a meterse en el imaginario popular de ciudadanos de todos los países en que se emite el programa. Madre coraje, esposa sacrificada, pésima conductora y cocinera abnegada son algunas frases que podrían describirla, pero, hasta ahora, nunca se la había relacionado con el mundo de la moda y el glamour.



el diseñador e ilustrador Alexsandro Palombo, conocido por sus irreverentes dibujos siempre relacionados con los grandes de la moda, ha utilizado la figura de la eterna treintañera Marge para vestirla con los trajes más icónicos del último siglo y convertirla en una chica de portada, digna de las cabeceras más influyente del mundo. En sus caricaturas, la mujer de Homer aparece ataviada con vestidos tan distintos como el de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes o con el vestido de Marilyn Monroe en La tentación vive arriba.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Angela Lansbury recibe el Oscar honorifico

 En la 5ª entrega de los Governors Awards en Hollywood se distinguió al italiano Pietro Tosi y a los comediantes Angela Lansbury y Steve Martin.

La academia también ha otorgado tres premios honoríficos por toda su carrera al diseñador italiano Piero Torsi, al comediante Steve Martin y a la actriz británica Angela Lansbury, famosa por su papel de Jessica Fletcher en la serie de televisión Murder, She Wrote.

Jolie, Lansbury y Martin
La ceremonia elegante del sábado no fue televisada con el fin de mantener una sensación de intimidad y permitir que se ofrecieran amplios homenajes a cada uno de los seleccionados, pero en la transmisión de los Oscar el 2 de marzo del 2014 podrían incluirse algunos cortos del acto.

Angela Lansbury asistió por primera vez los Premios de la Academia en el teatro chino de Grauman un 15 de marzo de 1945. Sólo tenía 19 y fue nominada a mejor actriz de reparto por su papel de  criada Cockney en Gaslight. Tenía solo 17 años y acababa de llegar a Los Ángeles cuando debutó en la película de Cukor, protagonizada por la oscarizada Ingrid Bergman, Charles Boyer y Joseph Cotten.

Ahora, casi siete décadas después, consigue su primer Oscar. "Es muy, muy especial para mí", dijo Lansbury por teléfono desde su casa en Nueva York. "Es muy singular y maravilloso recibirlo a estas alturas de mi vida, aunque todavía estoy en la carrera."

 "Yo diría que la señorita Lansbury es un ejemplo perfecto de una luz que brilla intensamente. Su habilidad, su pasión por la actuación es tal que ha influenciado a muchos actores y actrices, yo diría que, a través de los años." dijo el presidente de la academia  Boone Isaacs

Más fotos del evento

domingo, 17 de noviembre de 2013

El franquismo y la censura

El 1 de diciembre de 1977, el BOE anunciaba oficialmente, y por decreto, que el primer gobierno del presidente Adolfo Suárez suprimía la censura definitivamente. Se ponía así fin a cuarenta años de cortes en las películas, pero también se acababa con el martirio al que dibujantes y cartelistas tan prestigiosos como Jano, Soligó o Mac habían estado sometidos.

Decenas de profesionales del diseño y la ilustración se pasaron media vida subiendo los escotes a las grandes divas de la pantalla e intentando, inasequibles al desaliento, "colar" algún dibujo más atrevido. A veces lo consiguieron.

El escote de Ava Gardner en los años 50 resultó intolerable para la...
Ava Gardner 
Estrellas de cine como Joan Crawford o James Cagney, que habían mostrado su apoyo a la causa republicana durante el conflicto bélico, fueron declarados persona non grata. Sus rostros podían aparecer en el cartel de una película, pero no su nombre. 

Y es que la tijera censora no dio abasto durante la dictadura. Y el cine, con sus fotogramas insinuantes o provocadores, fue un gran generador de quebraderos, siendo además el principal entretenimiento que tenía la sociedad tras la Guerra Civil. Los censores se cuidaban mucho de que en las películas que se exhibían en España hubiese influencias negativas con materias como la religión, la política, el ejército, la prostitución, el divorcio o el adulterio.



La censura tenía  dos niveles: por un lado estaba el material destinado a los empresarios cinematográficos que habían de contratar la película para exhibirla, y luego la publicidad masiva que habría de llegar al gran público. En el primero de los casos la permisividad era mayor.Aquí se permitían más escotes y más piernas. Ahora bien, en los programas de mano que llegaban al pueblo llano, ahí la censura era absolutamente férrea. 



Curioso el tema de la censura local, o la "censura de la censura". Había lugares en España en los que el comité censor local se llevaba las manos a la cabeza de la permisividad que habían tenido sus colegas a nivel nacional, y se veían obligados a poner tachones en zonas conflictivas. 

En la película El caballero Adverse, el diseñador logró, esta vez sí, meter un gol en toda regla a la censura. La pomposa forma del cartel esconde camuflado un pene en estado de erección.

Más información en el libro  La censura franquista en el cartel de cine (Notorius ediciones, que saldrá a la venta la primera semana de diciembre.

El sexo llegó a convertirse en una verdadera obsesión y fue perseguido con todas las armas al alcance de los censores. Dibujantes y empresarios tenían que hacer malabares para que los carteles se asemejasen lo más posible a la realidad americana, inglesa o francesa. No siempre con mucho acierto. 

Se subían los escotes, se tapaban las piernas y se evitaban camas. “Se prohibían películas y se cortaban fotogramas, pero tan importante como controlarlas era hacerlo con la publicidad cinematográfica. Grandes estrellas de Hollywood que abrazaron la causa republicana —James Cagney, Joan Crawford o Robert Montgomery— vieron como sus nombres desaparecían de los carteles de cine españoles mientras que títulos que pudieran dar lugar a dobles intenciones no deseadas eran cambiados”, señala Llopis.

Portada del libro La censura franquista en el cartel del cine

Llopis ha empleado más de tres décadas en adquirir los carteles, programas de mano, revistas que permitiesen ver el trabajo de los dibujantes de la época y los censores. “No ha sido nada fácil porque muchos documentos estaban perdidos y ha habido seis de ellos que no he logrado conseguir y que figuran en el libro gracias a la cesión de sus propietarios”.

Junto a los carteles de películas se muestran portadas de revistas, tebeos, novelas, noticias de prensa, fotografías, tarjetas postales, álbumes de cromos de censores que se transformaron en diseñadores de ropa para servir a la moral del régimen. Esther Williams, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Sofía Loren o Gina Lollobrigida aparecían en España con vestidos que en nada se asemejaban a los originales.


La idea surgió una mañana de domingo en el Rastro de Madrid. Llopis estaba con su puesto de carteles, postales, programas de cine y se acercó una persona que tenía un programa de la película Camino de Santa Fe, que había pasado la censura en toda España excepto en Burgos. El arzobispado de esa localidad obligó a camuflar el beso de Errol Flynn a Olivia de Havilland con un sello. Quien le hablaba era el propietario del cine Cordón de Burgos quien se comprometió a enseñarle el programa. “Le esperé muchos domingos hasta que apareció de nuevo y cuando lo vi pensé que debía hacer un libro. Lo que no imaginé es que iba a tardar tanto. Empecé en 1985 y hasta ahora”, señala este coleccionista y librero

Más ejemplos de la censura en España:

Los editores del álbum de cromos que se ve a la derecha usaron la imagen promocional de Gilda (Charles Vidor, 1946) de la izda. Eso sí, tapándole el muslo y el vientre y borrando el cigarrillo de Rita Hayworth.



En la década de los años 50, los censores decidieron añadir un trozo de vestido a la altura del pecho de la estrella estadounidense Marilyn Monroe con el resultado que puede verse en la imagen izquierda.


A la derecha, portada de la guía promocional de El hijo pródigo (Richard Thorpe, 1955); a la izda., cartel del estreno en España, de 1958. A Lana Turner le han cubierto el escote, el vientre y los muslos, pero el adecentamiento llega también a las señoritas que aparecen en el lado inferior derecho. 

El hijo prodigo y la censura no podía permitir que la actriz enseñase tanto cuerpo en el cartel.

Dos programas de mano idénticos de Muere una mujer (Mario Camus, 1956) de no ser porque a la bella rubia dibujada por Viciano le han ocultado el enorme busto con una especie de estola de piel.


A la izquierda, un plano de la secuencia de Dos pasiones y un amor (Anthony Mann, 1956) que ilustró el programa de mano (dcha.). A Joan Fontaine le cubrieron los hombros y le quitaron la copa; a Sara Montiel le subieron el escote.

Esta imagen de Sara Montiel ilustraba una información sobre la visita de la actriz manchega a la Mostra de Venecia en 1958. A la izda. se ve tal y como apareció en la revista turca Hayat; a la dcha., como apareció en la española Primer plano. Nótese el escote.


La actriz italiana Sophia Loren posa en una postal promocional en la década de los 50. A la dcha., la imagen original. A la izda., la versión retocada a la altura del busto que se comercializó en España.








Cartel de Una chica tan decente como yo de François Truffaut y cartel original en Francia de la película de Frabçois Truffaut.




 Cartel de Ese desinterado amor y  no pasó la censura y aquí vemos a la actriz protagonista vestida.

Cartel original de Viva las Vegas y  Cartel que se exhibió en España.

 Cartel anunciando la película Chcales del mar y demasiado cuerpo al descubuierto, un vestido cubrió el cuerpo de la actriz.

 Cartel origonal de Amor a la inglesa y ni en la cama, ni desnudándose. Los actores protagonistas aparecen en el cartel de vestidos.

 Una joven Ornella Mutti con escasa ropa em Apasionada y en este cartel con dos hombres mirándola.
La explosiva Ursula Andress saliendo del agua para enfrentarse a Sean Connery, agente James Bond. Los españoles se quedaron con las ganas de ver a Ursula Andress con uno de los bikinis más famosos de la historia del cine. Se tuvieron que contentar con ver a la actriz con este bañador



 Ni Disney se salvó la censura. Aventuras del pato Donald y aparece  granada en mano para evitar que el dibujo tuviese el puño levantado.



Fuente: EL MUNDO.es, El País.es

viernes, 15 de noviembre de 2013

Las cartas de Vivien Leigh

Su correspondencia con su marido Laurence Olivier mientras se convertía en Escarlata, sus libros de recortes, fotografías hechas por ella misma durante sus viajes... El museo londinense Victoria & Albert anunció la adquisición del legado de la actriz británica Vivien Leigh, una auténtica joya que incluye correspondencia privada nunca antes vista, diarios personales, fotografías y guiones cinematográficos. La impresionante colección de documentos, vendidos por los nietos de la protagonista de Lo que el viento se llevó (1939), será adquirido en el año en que se cumple el centenario del nacimiento de la actriz, originaria de la India colonial.

Uno de los libros de recortes de Vivien Leigh. | V&A/Efe

La actriz, ganadora de dos Óscars por Lo que el viento se llevó y Un tranvía llamado deseo, llegó a tener contacto escrito con la Reina Madre, aunque las joyas de los documentos para sus nuevos dueños son las cartas que envió a su segundo marido, Laurence Olivier.

Olivier y Leigh formaron uno de los matrimonios más admirados en Hollywood, aunque sus compromisos profesionales les obligaron en alguna ocasión a separarse durante meses, como atestiguan las 40 cartas que se intercambiaron mientras la actriz se convertía en Escarlata O'Hara en Los Ángeles.

El legado de la intérprete descubre aspectos de su carrera profesional y su vida personal nunca antes vistos, como los diarios personales que escribió desde 1929, cuando tenía sólo 16 años, hasta el final de sus días, en 1967. Se unen a ellos un sinfín de telegramas, recortes de periódicos y fotografías realizadas por Leigh durante sus viajes por Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido, así como instantáneas de sus rodajes más conocidos.

Desde el museo subrayan que esta colección no sólo abre una ventana a la vida de la legendaria actriz, sino que permite conocer el mundo social y del espectáculo que la rodeaba a través de las anotaciones personales que Vivien Leigh realizó de sus conocidos.

Los archivos de la artista se mostrarán al público el próximo otoño, y el Victoria & Albert ha anunciado que estarán disponibles para los investigadores una vez se produzca su completa digitalización.

fuente: El Mundo

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Laurence Olivier y sus compañeros de reparto

Olivier en Rebecca, junto a Fontaine
Durante más de medio siglo, el inigualable Laurence Olivier, asumió todos los honores de la célebre escena británica tras la II Guerra Mundial. La interpretación le ennobleció y su elegancia escénica le situó como uno de los galanes de la época más venerados. Sólo en la intimidad afloraba su rivalidad venenosa y destructiva hacia sus compañeros de reparto y directores, a los que profiere un desprecio absoluto. Nadie parecía salvarse de la retórica agresiva de Olivier. Desde la actriz, Merle Oberon, con la que protagonizó Cumbres Borrascosas, a la que tacha de «pequeña y tonta aficionada», a Joan Fontaine, junto a la que protagonizó el éxito de Hitchcock Rebecca, a la que califica como «desagradable», o Burt Lancaster y Kirk Douglas, sus compañeros en El discípulo del diablo, contra los que espeta: «Qué podían enseñarme esos dos sobre actuación».

Un cuarto de siglo después de su muerte, su viuda, la actriz Joan Plowright, ha consentido que las recalcitrantes 50 horas de grabación donde Olivier destripa a lo más selecto de la época dorada del cine sean utilizadas por el biógrafo e historiador Philip Ziegler, que publicará un libro el próximo septiembre, bajo el título Olivier. Su carácter mordaz y su incisivo estilo al calificar a sus compañeros de escenario trasvasa las palabras y se materializa en hechos, siendo la mayor damnificada su auténtico amor, la actriz Vivien Leigh, con la que estuvo casado 20 años. La enfermedad mental y las continuas amenazas de suicidio por parte de ella agrian al ya de por sí exasperado Olivier, que acaba por manifestar su lado más violento frente a la débil y perdida Vivien. Según declara, Sarah Miles, la amante de Olivier, en un artículo en el Daily Mail, en una ocasión, Laurence estalló y empujó a su mujer contra una chimenea creyendo haberla matado. Al reaccionar y comprobar que estaba viva, le abroncó: «La próxima vez te mataré».

martes, 12 de noviembre de 2013

Subasta del expediente médico de Marilyn Monroe

Las radiografías y archivos médicos que prueban que Marilyn Monroe se sometió a cirugía estética se vendieron por 25.600 dólares (algo más de 19.000 euros) durante una subasta de fin de semana en California, la casa de subastas Julien's Auctions esperaba obtener hasta 30 mil dólares. La venta también se dedicó a objetos personales de otros ricos y famosos. El expediente médico de Monroe había despertado gran curiosidad, ya que incluye varias radiografías de la cara de la estrella y resúmenes médicos que ofrecen detalles sobre las cirugías que tenía.



Los registros médicos se refieren a Monroe por varios alias. Así se recoge que el doctor Michael Gurdin informa en julio de 1958 que su principal queja era "deformidad barbilla". En 1950 figura que se le realizó un implante de cartílago en la barbilla, además de una rinoplastia. En el caso de su nariz, Monroe acudió al médico tras una caída nocturna que se produjo el 7 de junio de 1962, dos meses antes de su muerte. Aunque se realizó la rinoplastia, según sus notas el médico no pudo detectar ninguna fisura nasal que sin embargo un examen posterior demostró que existía. 


En ninguna de estas visitas la actriz utilizó su propio nombre. Inicialmente los informes médicos hablan de una tal Marilyn Miller, nombre de casada de la intérprete durante su matrimonio con Arthur Miller. Posteriormente el nombre que figura es el de Joan Newman, alias que utilizó para pasar desapercibida. Ni el cambio de nombre ni los años han podido ocultar los secretos médicos de su belleza. Gurdin regaló este historial médico a un amigo que ahora ha decidido sacarlo a la venta de manera anónima. Los mismos papeles también indican que la actriz, de 1,69 metros de altura y 52 kilos de peso, padeció de neutropenia en 1956, una dolencia que afectó a sus glóbulos blancos. El archivo también refleja que tuvo un embarazo ectópico, en 1957 en Nueva York , cinco años antes de su muerte.


Otros productos más vendidos en la subasta incluyen un vestido diseñado por Catherine Walker de Lady Di, que se vendió por 75.000 dólares, una maleta de Greta Garbo adjudicada por 12.500, y el vestido de novia que Julie Andrews usó en The Sound of Music que  se valoró en 22.500 dólares.

fuente: El País, milenio.com

jueves, 7 de noviembre de 2013

Muere Amparo Rivelles

María Amparo Rivelles y Ladrón de Guevara
María Amparo Rivelles y Ladrón de Guevara ha fallecido a los 88 años de edad. La actriz, con el nombre artístico de Amparo Rivelles, destacó por su belleza e inconfundible personalidad. Rivelles ha sido una de las actrices más importantes del cine español y cuenta, entre otros, con el Premio Nacional de Teatro y el Premio Goya a la mejor actriz. 

Perteneciente a una vasta saga de actores, debutó en Barcelona a los trece años en la compañía escénica de su madre, María Fernanda Ladrón de Guevara, con la comedia Siete Hermanas, de Leandro Navarro, y en 1940, con quince años, hizo su primera aparición en el cine, en la película Mari Juana, de Armando Vidal.

Un contrato con la Compañía de cine Cifesa le permitió hacer casi una veintena de películas y realizó alguno de sus mejores papeles en los años 40 y 50. Durante esa década cimentó su carrera profesional a partir de éxitos en taquilla que la hicieron un rostro muy popular en nuestro país.  Entre sus interpretaciones más elogiadas de su primera etapa están Eloisa está debajo del almendro (1943) y La fe (1947), películas dirigidas por Rafael Gil.

De esta época son también sus filmes Los ladrones somos gente honrada (1941), Malvaloca (1942), El clavo (1944), Espronceda (1945, de Fernando Alonso Casares), Fuenteovejuna (1947), La calle sin sol (1948), La duquesa de Benamejí (1949), De mujer a mujer (1950), Alba de América y La Leona de Castilla (ambas, 1951); y Un ángel tuvo la culpa (1959). Trabajó con Orson Welles en Mister Arkadin (1954) y con Tulio Demicheli, en La herida luminosa (1957) y vivió en México en un exilio voluntario entre 1957 y 1979.

Viajó a México en 1957 para realizar la obra de teatro Un cuarto lleno de rosas, con Manolo Fabregas, y lo que en principio iba a ser una corta estancia, se convirtió en un exilio voluntario de más de veinte años.

Durante su estancia allí siguió haciendo cine y teatro e irrumpió en la televisión como protagonista de grandes seriales, al tiempo que siguió haciendo otros papeles en España. Destaca su interpretación en La madrastra (1974), con la que la revista Nuestro Cine la consideró la mejor actriz del momento.

A su regreso a España, en 1979, reapareció en la escena con la comedia de Santiago Moncada, Salvar a los delfines, y después, con Anillos para una dama de Antonio Gala. Representó en 1982 El caso de la mujer asesinadita, de Miguel Mihura, con la que obtuvo el premio que lleva el nombre del autor.

En la primera década del 2000 Amparo Rivelles centró sus esfuerzos en el teatro obteniendo el 19 de abril del 2004 el III Premio Nacional Pepe Isbert. Otros premios recibidos fueron el Miguel Mihura, el Lope de Vega, el Jorge Fiestas de Cine, el Ercilla, la medalla de Oro de Bellas Artes y el Mayte.


Con este premio la Universidad Politécnica de Valencia quiso reconocer los 65 años de carrera profesional de esta actriz en el teatro, el cine (más de 80 películas) y la televisión.

Además de nieta de actores, José Rivelles y Amparo Guillén, e hija de actores, Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara, era hermana de Carlos Larrañaga y tía de los actores Amparo Larrañaga y Luis Merlo.

Fuente: El Mundo, RTVE.es, ABC.es

martes, 5 de noviembre de 2013

Recordando a Vivien Leigh

Vivien Leigh
Ni el viento ni el tiempo se han llevado los recuerdos de una mujer que a través de su belleza armónica, sus rasgos delicados y su penetrante mirada de ojos verdes embelesó a los espectadores del mundo entero. Desde 1939 ya nadie pudo desligar su imagen del personaje de Escarlata O’Hara, el papel más notable de la historia del cine, con una interpretación magistral, que difuminó para siempre los límites de la mujer real y la ficticia. 

La noche del 7 de julio de 1967, Vivien Leigh fallecía sola en su apartamento londinense en el 54 de Eaton Square. Todos los teatros del país apagaron las luces en señal de duelo. Ahora su legado vuelve a iluminar la estela de una actriz a la que el siglo XX recordaría como la indómita y caprichosa Escarlata O’Hara.

Tan desafortunado como el destino de aquella heroína sureña fue el devenir de la actriz, varias veces sometida a tratamientos de electroshock por un trastorno de bipolaridad mal diagnosticado, y fallecida de tuberculosis con sólo 54 años, según cuenta José Madrid en la biografía Vivien Leigh, la tragedia de Scarlett O'Hara.

La obstinación y la rebeldía que también compartió con el personaje le ayudaron a conseguir ese papel, que descubrió a los 23 años cuando, guardando reposo tras un accidente de esquí, devoró el novelón de mil páginas de Margaret Mitchell que había revolucionado Estados Unidos aquel verano de 1936. Cuando supo que, al otro lado del Atlántico, David O. Selznick buscaba poner rostro a la rica y caprichosa Escarlata, se buscó un agente en Estados Unidos y no paró hasta conseguir una cita con el gran productor, que ya había empezado el rodaje de su épico delirio.

Tan claro tenía la actriz que ella sería Escarlata, papel que le valió su primer Óscar, que al inicio de su aventura americana rechazó ponerse a las órdenes de Cecil B. de Mille en Union Pacific y un contrato con Paramount para cuatro películas, sólo para estar disponible. El mismo empeño puso la joven y casada Leigh en perseguir a Laurence Olivier, convencida de que sería el gran amor de su vida.

También él estaba casado cuando la entonces prometedora actriz de teatro se presentó por sorpresa, simulando un encuentro casual, en el mismo hotel de Capri donde él pasaba unos días de vacaciones con su esposa.

Comenzó así una larga y no siempre fácil historia de amor, que se ensombrecería con el tiempo con infidelidades mutuas y que acabó por desmoronarse semanas después de que el sir de la escena británica le regalara un Rolls Royce azul por su 45 cumpleaños.

Carácter demostró también Leigh cuando en 1957 encabezó una protesta para salvar del derribo el Saint James Theater, por un proyecto para construir apartamentos, y hasta entró a gritos en la Cámara de los Lores, lo que llevó al mismísimo Winston Churchill a escribirle una carta admirando su coraje y desaprobando sus formas. Pero no fue sólo el personaje de Escarlata el que guardó semejanzas con su vida. La desgarradora Blanche Dubois, sus polémicas tendencias sexuales y su desequilibrio mental en Un tranvía llamado deseo de Elia Kazan fueron un oscuro presagio de sus días.

Aquel papel en Un tranvía llamado deseo, junto a Marlon Brando, le deparó su segundo Oscar, pero también agudizó sus crisis nerviosas hasta tal punto que en su siguiente rodaje, La senda de los elefantes, acabó siendo sustituida por Elizabeth Taylor, tras varios ataques de histeria y olvidos del guión.

La filmografía completa de Vivien Leigh suma apenas una veintena de títulos, como The Deep Blue Sea (1955) o una Ana Karenina (1948) que tuvo peores críticas que la de Greta GarboY es que la intérprete de ojos verdes y vidriosos nunca abandonó el teatro, su pasión desde niña.

La recompensa le llegó, aunque tardía, en forma de un Tony a la mejor actriz por su actuación en el musical Tovarich (1963), pese a que su estado de salud era ya muy delicado y llegó a desvanecerse en el escenario.

Tras un sonado divorcio que fue asunto nacional, los últimos años de su vida los pasó junto al también actor John Merivale, sin perder nunca el contacto con quien fue su primer marido, Leigh Holman, y padre de su única hija, Suzanne.

Cien años después de su nacimiento en la India británica, el legado de Leigh permanece en forma de imborrables secuencias y frases que figuran entre las más míticas de la Historia del cine como "A Dios pongo por testigo de que no volveré a pasar hambre" o "Ya lo pensaré mañana. Después de todo, mañana será otro día".



Fuente: ABC.es, La Vanguardia

Centenario del nacimiento de Vivien Leigh

Un 5 de noviembre nació la actriz Vivien Leigh, considerada una de las grandes y bellas actrices de la época de oro del cine estadounidense. Ganadora de dos premios Óscar, Leigh es recordada como Scarlett O´Hara en la película Lo que el viento se llevó.


Nació como Vivian Mary Hartley en la India (Darjeeling, 1913 - Londres, 1967) . Su padre, que nació en Yorkshire, había emigrado a la India  en busca de aventuras. Su madre, descendiente de irlandeses, también había nacido en la India. Cuando cumplió los seis años, su familia se trasladó a Inglaterra, y la futura actriz sólo regresaría a su país natal en un viaje en la década de los sesenta.

Leigh fue educada en el Convento del Sagrado Corazón, en Roehampton, durante ocho años, donde se aficionó a la interpretación gracias a las obras de teatro que se organizaban en el colegio. Estudió ballet, cello y piano, y se examinó en la Real Academia de Música cuando era adolescente. Le fascinaba la historia de Egipto y los idiomas (hablaba francés con fluidez). Estudió en colegios de la Riviera Italiana y de París, y en 1932 conoció a Leigh Holman, trece años mayor que ella, con quien se casó ese mismo año en Londres. Para entonces ya había comenzado a estudiar en la Real Academia de Arte Dramático de Londres (RADA); estudios que continuó tras su luna de miel. En 1933 dio a luz a su primera hija.

En 1934 intervino en sus tres primeras películas. En diciembre de ese año vio a Lawrence Olivier en una obra de teatro y afirmó que ese sería el hombre con quien iba a casarse, aunque en aquel momento ambos estaban ya casados. El marido de Leigh pensaba que su interés por la actuación sería pasajero, y que volvería a desempeñar el papel de esposa y madre. Nada más lejos de la realidad.

En 1935, cuando Leigh representaba una obra de teatro titulada The Mask of Virtue, Alexander Korda se fijó en ella y le ofreció un contrato durante cinco años para hacer diez películas en Inglaterra, algo que no llegó a cumplir porque en 1938 se marchó a Hollywood. Mientras tanto, fue presentada a su ídolo, con quien inició un romance al poco tiempo. Títulos de esta época serían La mujer enigma (1937), de Victor Saville, o Un yanqui en Oxford (1938), de Jack Conway. En 1937, tras protagonizar Hamlet junto a Olivier en el teatro, Vivian dejó a su marido y se mudó a Chelsea con el actor.


Desde el momento en que comenzó la búsqueda de la protagonista de Lo que el viento de llevó, Vivien Leigh estaba segura de que ella sería la protagonista. Inicialmente  no fue barajada para el papel de Scarlett O'Hara pues no era una actriz popular en los Estados Unidos, pero hizo una audición en Hollywood y fue elegida de entre un grupo de grandes estrellas como Lucille Ball, Carole Lombard (la esposa de Clark Gable), Paulette Goddard (quien ya tenía el papel casi seguro), Jean Arthur, Joan Bennett, Bette Davis (quien rechazó el papel por haber hecho un año antes Jezabel) y Katharine Hepburn. Parece que Vivien obtuvo el papel gracias a George Cukor, quien iba a dirigir la película hasta que fue sustituido por Victor Fleming.  Realizó una interpretación de Scarlett O'Hara que ha pasado a la historia del cine como uno de las más memorables y épicas, junto a la no menos espléndida de Clark Gable, pareja en escena que se convirtió en uno de los iconos más clásicos de Hollywood.

Olivia de Havilland, la única actriz que aún vive de los actores principales, la recuerda como «una mujer muy dulce y profesional» refiriéndose a que Vivien que era inglesa tuvo que aprender el acento sureño.

No obstante, Leigh no estaba a gusto allí; tan pronto como terminó el rodaje, se presentó a las pruebas de selección de Rebeca, de Alfred Hitchcock, pero el papel sería para Joan Fontaine. Su siguiente título de éxito sería, sin embargo, El puente de Waterloo (1948), de Mervyn LeRoy, adaptación de la obra teatral de Robert E. Sherwood. Este título formaba parte de su nuevo contrato con la Metro Goldwyn Mayer. En 1940 Leigh y Olivier se casaron por fin, con Katharine Hepburn como dama de honor y Garson Kanin. Protagonizaron tres películas juntos: Fuego sobre Inglaterra (1937), de William K. Howard; 21 días juntos (1938), de Basil Dean; y Lady Hamilton (1941), de Alexander Korda.


Su siguiente título, Anna Karenina (1948), de Julien Duvivier, era un papel que siempre había querido interpretar. En esa época su dedicación al teatro era mayor que la cinematográfica . La década de los cincuenta se inició con Un tranvía llamado deseo (1951), de Elia Kazan, trabajo que le proporcionó el Oscar a la mejor actriz. Leigh sufría, además de tuberculosis, desdoblamiento de personalidad, lo que más tarde dificultaría que distinguiese su vida real de la de su personaje en la película: Blanche DuBois. La película significó, no obstante, su regreso Hollywood tras una década de ausencia.

Leigh & Olivier

Durante la guerra, participó en un tour con otros actores ingleses por el norte de África, interpretando poemas y fragmentos de sus películas. Cuando regresó, decidió no volver a Hollywood y quedarse en Inglaterra haciendo teatro. Sin embargo, el productor Selznick intentó presionarla para que cumpliese con un contrato que habían postpuesto durante cuatro años. La batalla acabó en los tribunales, y Leigh ganó. Al acabar César y Cleopatra (1945), junto a Claude Rains y Stewart Granger, Leigh tuvo que ser ingresada. Su tuberculosis recurrente había reaparecido por el agotamiento.

En Septiembre de 1951 su enfermedad psíquica sufrió una recaída y tuvo que ser internada. Tras una sorprendente mejoría, protagonizó The Deep Blue Sea(1955), de Anatole Litvak, que no tuvo éxito en taquilla. El teatro, junto a Olivier, continuó siendo su mayor aliciente. En 1957 comenzaron sin embargo los rumores de la separación, porque Olivier había iniciado un romance con la actriz Joan Plowright.
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En 1961 Leigh protagonizó, de nuevo en Hollywood,La primavera romana de la señora Stone, de José Quintero, adaptación de la obra de Tenesee Williams que se convitió en la primera película de la actriz tras cinco años alejada de la pantalla. El barco de los locos (1965), de Stanley Kramer, junto a Simone Signoret, José Ferrer y Lee Marvin, fue su último trabajo, año en el que también protagonizó su última obra de teatro, junto a John Gielgud: Ivanov. Leigh vivió junto al actor John Merivale desde 1959 hasta 1967.

Después de una larga agonía prolongada a causa de una avanzada tuberculosis, Leigh fallecía la noche del 7 de julio de 1967. Tras de arreglar sus flores y atender a sus amigos, cansada se retiró a su cuarto. Tenía tan sólo 53 años. Fue hallada muerta en la habitación de su apartamento londinense en el 54 Eaton Square por su entonces pareja sentimental, quien rápidamente llamó a Laurence Olivier. Éste (según los artículos de la época) fue el más afectado por la muerte de Leigh.

Laurence Olivier se encontraba ingresado en el hospital, pero al ser avisado de la noticia pidió el alta voluntaria y acudió inmediatamente al lado de Vivien. Él mismo relata en sus memorias que permaneció junto a ella a solas «pidiéndose perdón por todo el daño que se habían hecho». Siempre la recordaría como el gran amor de su vida. Desde que se casó con sir Laurence Olivier hasta su muerte nunca se quitó el título de Lady Olivier.

La sobreviven su hija, nietos y bisnietos, que permanecen en el anonimato.

Salvapantallas Vivien Leigh


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sábado, 2 de noviembre de 2013

Centenario del nacimiento de Burt Lancaster

Burt y Ava
Burt Lancaster, una leyenda que este sábado habría cumplido cien años, actor con un físico prodigioso, una brillante sonrisa y una dicción impecable que convirtieron a un trapecista de circo en una de las mayores estrellas del cine clásico estadounidense. 

Destinado a brillar por un sendero propio, Lancaster nació el 2 de noviembre en el Spanish Harlem de Nueva York en el seno de una familia humilde. Sin embargo, su gran pasión por el deporte le llevaría a la Universidad, institución que abandonaría cuando un trapecio se cruzó en su vida.  Amante de las peripecias, de los riesgos y de la adrenalina, se convirtió en acróbata de circo. Sin embargo, una lesión en la mano le obligaría a dejar esa "gran vida", según confesó en una ocasión.

Deprimido por abandonar el sueño de su juventud, comenzó a hacer pequeños trabajos, pero con un físico espectacular (medía 1,85 metros) una melena dorada y una cautivadora sonrisa solo fue cuestión de tiempo que alguien le descubriera para el espectáculo. Su primer trabajo como intérprete fue en una obra teatral de Broadway, A Sound of Hunting. Un rotundo fracaso, ya que apenas se mantuvo tres semanas en cartel, pero que le sirvió para abrirse un hueco en la sibilina industria del cine.


Su primer papel en una cinta ya le reportó un éxito incondicional. Junto con Ava Gadner protagonizó Forajidos (1946), una película que obtuvo cuatro nominaciones al Óscar, entre ellas mejor director y banda sonora original. A partir de este momento su carrera fue meteórica. Con papeles protagonistas en películas de aventuras como El halcón y la flecha (1950) o El temible burlón (1952), Lancaster se convirtió en un referente del cine de aventuras de la década de los cincuenta.

Su rol de hombre rudo cuajaba perfectamente con su personalidad, siempre tildada, por cineastas y colegas, de violenta y difícil de manejar, pero fueron sus saltos y acrobacias los que le llevaron directo hasta la alfombra roja.

Sin embargo, poco a poco el artista tuvo la necesidad de superarse a sí mismo y aceptó papeles cada vez más complejos dramáticamente. Lancaster se convirtió en la primera "estrella" independiente con su propia productora, rompiendo con los grilletes de los estudios, algo que no se había concebido con anterioridad.

Famosa escena de De aquí a la eternidad
Icono del cine clásico estadounidense estampó su atlética figura en los anales del séptimo arte al protagonizar una de las escenas más tórridas de la cinematografía del siglo XX con la cinta De aquí a la eternidad (1953). Aquél revolcón en las cálida orilla hawaiana junto a la actriz Deborah Kerr le valió su primera nominación de la Academia de cine optando a una estatuilla como Mejor Actor.

Sin embargo, no sería hasta El fuego y la palabra (1960) cuando el actor obtuvo ese reconocido galardón. Le fue "fácil", argumentó en una ocasión, puesto que se interpretaba a sí mismo en la pantalla, un charlatán, farsante enamorado de las mujeres y el whisky.

Volando solo como un águila, Lancaster alcanzó los papeles más elevados de su carrera: El hombre de Alcatraz (1962), El gatopardo (1963), que consideraba como su mejor actuación, o Atlantic City (1980).

Rebelde, idealista y revolucionario; comprometido con las causas sociales y políticas, era común ver al neoyorquino liderando manifestaciones en favor de las minorías raciales y de la igualdad sexual.

Además, protestó enérgicamente contra las guerras y las intrigas políticas en películas como "
Acción ejecutiva (1973) o Alerta misiles (1977).

Casado en tres ocasiones y con cinco hijos, Lancaster falleció el 20 de octubre de 1994, a los 80 años en Los Ángeles, víctima de un infarto. Condenado a una silla de ruedas y mudo desde hacía tres años, murió sin dejar que ningún conocido se despidiera personalmente de él.

"Deseo que me recordéis como me conocisteis y no que veáis en lo que me he convertido", dijo a través de un mensaje a sus amigos.

Fuente: RTVE.es