10 años sin Gregory Peck

miércoles, 12 de junio de 2013

10 años sin Gregory Peck

Hoy se cumplen diez años de la muerte del actor que cambió la carrera de Medicina en Berkeley por la interpretación en Nueva York, una afición a la que contribuyó su abuela llevándole al cine cada fin de semana durante su infancia de hijo de divorciados. Desde su quietud y su estilo sobrio, Gregory Peck fue el perfecto galán del Hollywood dorado, pero también un referente moral para el cine norteamericano.


Hoy TCM va a recordar y homenajear durante toda la jornada a esta gran estrella, emitiendo algunas de sus películas más famosas, entre ellas Matar a un ruiseñor, en la que interpreta al que fue el personaje favorito de toda su carrera, el abogado Atticus Finch, papel por el que ganó su único Oscar. El papel de abogado que defiende a un joven negro acusado injustamente de violación en la película dirigida por John M. Stall en 1962 le valió a Peck su único Oscar y le vino como anillo al dedo en un momento en que su acogida por la crítica no pasaba por sus mejores horas.


El papel de abogado que defiende a un joven negro acusado injustamente de violaci�n en la pel�cula d
El papel de abogado que defiende a un joven negro acusado injustamente.

Su identificación con el papel fue total y la propia Harper Lee, autora de la novela en que se basó la película, aseguró que Atticus Finch le dio a Peck la oportunidad de interpretarse a sí mismo. En 2003, el American Film Institute (AFI) lo eligió como el mayor héroe del cine estadounidense, por delante de Indiana Jones.

Gregory Peck trabajó a las órdenes de los mejores directores de Hollywood, como Alfred Hitchcock, Robert Mulligan, Vincente Minnelli, King Vidor, Elia Kazan, Henry King, William Wyler o Raoul Walsh, y casi siempre interpretó a personajes que encarnaban virtudes sencillas y nobles, seres que tenían profundas convicciones éticas y morales, o héroes, como el personaje de otro de sus títulos más recordados, Los cañones de Navarone.

Un crítico de cine escribió en una ocasión que el público se identificaba inmediatamente con los personajes que interpretaba Gregory Peck porque éste llevaba dentro lo mejor de todos nosotros.  Y es que aunque Gregory Peck ha pasado a la Historia como ese hombre bueno y apacible, lo cierto es que en la pantalla encaró también papeles más oscuros, una excepción a lo largo de su carrera, como el del Capitán Ahab en Moby Dick; el del médico nazi Josef Mengele en Los niños del Brasil, en la que la nominación al Óscar como mejor actor recayó en su compañero de reparto Laurence Olivier; o el de Lewt McCanles en la inolvidable Duelo al sol en el que interpretaba al hermano canalla de Joseph Cotten;  o el psicópata amnésico atendido por Ingrid Bergman en Recuerda (1945) , de Alfred Hitchcock.


A algunos esta faceta no les resultó del todo convincente. Le reprochaba Francois Truffaut a Hitchcock en su famoso libro-entrevista, que Gregory Peck no era un actor realmente 'hicthcockiano': "Es hueco y no tiene mirada" , decía.

Quizá el personaje por el que más le recuerda el público sea el periodista y perfecto caballero que enamora a la princesa interpretada por Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma (1953) , que fue también su primera comedia romántica.

Aunque el papel estaba escrito para Cary Grant, éste lo rechazó con el argumento de que la entonces desconocida Audrey era demasiado joven para ser su pareja cinematográfica, aunque diez años después actuaron juntos en Charada .


Curiosamente, durante el rodaje  fue Peck quien, recién separado de su primera esposa, se enamoró de una periodista, la francesa Veronique Passani, que le hizo una entrevista para el diario France Soir. Dos años después se casaron y ya no se separaron hasta que la muerte le alcanzó a Peck en Los Ángeles un 12 de junio de 2003 a la edad de 87 años.

Otras de sus célebres parejas cinematográficas han sido Ava Gardner (Las nieves del  Kilimanjaro en 1952)  o Lauren Bacall.

Entre sus últimas películas, destaca Gringo Viejo (1989), rodada en México y dirigida por el argentino Luis Puenzo, y en la que encarnó al mordaz periodista Ambrose Bierce ya en el ocaso de su vida. Un Gregory Peck que entonces tenía 73 años vino a España para promocionar la película y no perdió ocasión para arremeter contra la " actitud ignorante" de Estados Unidos hacia América Latina, fiel a su eterno coraje moral.

La profunda conexión que existía entre el actor y su público se puede comprobar en el documental A Conversation with Gregory Peck que TCM emite también en el décimo aniversario de su fallecimiento. Un trabajo producido por su hija Cecilia y en el que se recogen diversos momentos de la gira que el actor realizó en 1999 por algunas ciudades americanas contestando directamente desde el escenario las preguntas y curiosidades que le planteaban los espectadores.

En este documental el actor da un repaso a toda su carrera comentando sus mejores papeles. Recuerda también a algunas de sus mejores compañeras de reparto, como Audrey Hepburn o Ava Gardner, pero también rememora los momentos más amargos de su vida, como el suicidio de su hijo Jonathan.

Volveremos a ver, en definitiva, a ese actor “alto, moreno y guapo”, como muchas veces se le describía. Un intérprete de voz grave y profunda, sobrio ante las cámaras, y que casi siempre desprendía una gran dulzura. “¿Qué es lo que queda cuando echo la vista atrás?”, se preguntaba en voz alta en Berlín, cuando en 1993 le concedieron un Oso de Oro por toda su carrera. “No es la fama sino el trabajo y sobre todo, la familia. Cuando en el transcurso del tiempo todo lo demás va desapareciendo, lo único que permanece son las pocas veces que hice un buen trabajo y mi familia”.

 


Miércoles, 12 de junio
13:50 Los cañones de Navarone (The Guns of Navarone, 1961)
16:25 La conquista del Oeste (How the West Was Won, 1963)
18:55 Días de gloria (Days of Glory, 1944)
20:20 Una conversación con Gregory Peck (A Conversation wih Gregory Peck, 1999)
22:00 Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, 1962)


Fuente: TCM, El Universal

No hay comentarios:

Publicar un comentario