Ingrid Bergman, vida y muerte

domingo, 26 de agosto de 2012

Ingrid Bergman, vida y muerte



Ingrid Bergman
Fue la Ilsa de "Casablanca", rubia de Hitchcock, apasionada amante y esposa de Roberto Rossellini y, finalmente, rodó con el otro Bergman, Ingmar, en el crepúsculo de su carrera. El miércoles 29 de agosto se cumplen 30 años de su muerte, que se produjo exactamente el día que cumplía 67 años. 

Una mujer a la que Goebbels pretendió convertir en estrella del Tercer Reich, pero lo rechazó llegando a la cima de Hollywood. Ganó tres Oscar y trabajó con maestros como George Cukor . En el cine, fue el objeto de una frase tan repetida como el "Siempre nos quedará París" con la que Humphrey Bogart dejaba abierta la historia de amor más célebre del cine clásico.

El mayor descubrimiento sueco de Hollywood tras la retirada de "la divina" Greta Garbo había resultado ser una auténtica rubia de Hitchcock también fuera de las pantallas. Un volcán gélido que, pese haber representado el candor en cintas como "Gaslihgt" (1944) -el primero de sus tres Óscar- o "Spellbound" (1945), de Alfred Hitchcock, dio la campanada.

"Era el ser humano más tímido jamás creado, pero tenía un león dentro que no se iba a callar", resumió luego en su autobiografía, "My story", que fue todo un éxito de ventas y en la que expuso al mundo una fidelidad a sí misma muy adelantada a su tiempo.


En pleno Hollywood de la Caza de Brujas y el código Hays de moral y censura, Bergman  decidió dejarlo todo y trasladarse a Europa a vivir y trabajar con el director italiano Roberto Rossellini, en lo que supuso uno de los grandes escándalos del momento. Criticada por la iglesia luterana la criticó y llegó a recibir cartas en las que aseguraban que moriría en la hoguera como Juana de Arco, personaje que había interpretado antes de conocer al italiano. Pero solo necesitó ver "Roma, cittá aperta" (1945) para enamorarse de él. Se casaron y tuvieron tres hijos.


"No creo que nadie tenga derecho a entrometerse en tu intimidad, pero lo hacen. Me gustaría que la gente separara a la actriz de la mujer", decía cuando las crónicas sociales llenaron páginas y páginas con su historia de amor. "La felicidad es buena salud y mala memoria", diría años después.


Tras haber demostrado en "For whom the bell tolls" (1943) o "Joan of Arc" (1948) que era la perfecta heroína del inmaculado cine americano, se convirtió en musa desarrapada del neorrealismo en obras tan convulsas como "Stromboli" (1950), "Europa 51" (1952) o "Viaggio in Italia" (1954).



Aunque había rechazado al magnate Howard Hughes -que reservó todo un vuelo de línea para ella- ya había tenido algún desliz con personalidades como el fotógrafo Robert Capa durante el rodaje de "Notorious" (1946). Hitchcock llegó a reconocer que se basó en su historia de amor para concebir la sinopsis de "Rear Window" (1954). Combinó belleza, talento y una personalidad poco acomodaticia que le llevó a asumir decisiones arriesgadas.





Bergman, nacida el 29 de agosto de 1915 en Estocolmo y fallecida en Londres el mismo día de 1982, había llegado a Hollywood algo reticente por su belleza un poco campestre, su voz grave y su estatura excesiva (1,75 metros), que hizo que Humphrey Bogart en "Casablanca" (1942) y Claude Rains en "Notorious" tuvieran que llevar alzas a su lado.

Pronto conquistó al público con un talento dramático fuera de serie, hasta el punto de que cuando "traicionó" esa imagen -que había tenido la culminación en su celebrada interpretación de monja en "The Bells of St Mary's" (1945)-, Hollywood quedó tan huérfano de su talento que celebró su "vuelta la redil" en 1956 con un segundo Óscar por "Anastasia".


Su regreso a Hollywood, que se produjo con la película Anastasia (1957) por la cual ganó su segundo Oscar. Parecía que Hollywood había perdonado su 'pecado'. Al contrario que otras actrices, condenadas a envejecer y a conseguir, por tanto, papeles grotescos en películas de serie B (ahí están Bette Davis y Joan Crawford para demostrarlo) Bergman ganó prestancia con la madurez.


Eran otros tiempos e Ingrid Bergman comenzó a ser una actriz madura pocos años después, pero con la edad ganó en elegancia y en presencia. "No me preocupa envejecer. Si fuera la única, sí me preocuparía, pero todos estamos en el mismo barco y todos mis amigos vienen conmigo. Todos hacia la vejez", diría. 

Y al final de su carrera siguió luciendo un genio dramático que se tradujo en un tercer Óscar por "Murder on the Orient Express" (1974) y, sobre todo, "Autumn Sonata" (1978), de Ingmar Bergman, en la que interpretó a una madre y en la que volvió a lucir una de sus habilidades: la de tocar el piano.

Corría el año 1979 y volvió a ser nominada al Óscar pero no pudo ir a la ceremonia de los Óscar de ese año porque empezaba a estar enferma de cáncer de mama. "Si me impedís actuar, dejaré de respirar", dijo.

Por eso, no dejó de actuar, aunque fuera para la televisión, con un aclamado telefilme que redondeó su trayectoria con un Emmy póstumo. Ya lo había ganado por "The Turn of the Screw", de Henry James, en 1960, pero "A Woman Called Golda", donde interpretó con voz gravísima a la primera ministra israelí Golda Meir fue su magistral canto de cisne.

Bergman & Ullman
El premio lo recogió su primera hija, Pia, de su primer matrimonio con el médico sueco Petter Lindström. "He tenido diferentes maridos y familias. Y me enorgullezco de todos ellos, los visito a todos. Pero en lo más profundo de mi ser siento que adonde pertenezco es al mundo del espectáculo", confesó en una ocasión.

Un día de finales de agosto de 1982, el cáncer se la llevó para siempre. En las tres décadas que han transcurrido, su talento como actriz sigue fresco en los rollos de película que lo captaron. Hasta el American Film Institute la eligió la cuarta estrella femenina más importante de la historia del cine, por encima de Audreys, Marilyns, y por encima de su compatriota, la 'divina' Garbo. Si Bogart dijo aquello de "Siempre nos quedará Paris" en Casablanca, hoy se podría decir que 'Siempre nos quedará Ingrid Bergman'.



PROGRAMACION-TCM

31 agosto 17.50h -- Encadenados


Director: Alfred Hitchcock
Intérpretes: Cary Grant, Ingrid Bergman, Claude Rains

Cary Grant e Ingrid Bergman protagonizan una de las películas más nominadas de Hitchcock, donde un espía busca atrapar a un antiguo dirigente nazi.

CANAL+ -- TCM

1 Septiembre 9.30h -- Recordando a Ingrid Bergman

"Intermezzo" (1936), "Casablanca" (1942), "Recuerda" (1945) , "Encadenados" (1946) o "Atormentada" (1949), Juana de Arco" (1948) o "Anastasia" (1956) ..., las imágenes de algunas de las mejores películas de Ingrid Bergman ilustran este documental, que como un tributo a su trayectoria, se acerca a su vida personal y profesional, con la ayuda de dos invitadas de excepción, sus dos hijas: Pia Lindstrom e Isabella Rossellini.







No hay comentarios:

Publicar un comentario