2 años sin Patricia Neal

jueves, 9 de agosto de 2012

2 años sin Patricia Neal




Tuvo papeles de peso junto a John Wayne, Paul Newman, Gary Cooper, George Peppard o Ronald Reagan. Logró un Premio Tony en su debut sobre las tablas de Broadway, obtuvo un Oscar y una nominación para otro.
Estaba lllamada a ser una gran estrella, pero terminó engrosando la lista de juguetes rotos de Hollywood. Nunca, eso sí, tiró la toalla.
Nacida Patsy Lou Neal el 20 de enero de 1926 en Kentucky, la actriz estadounidense Patricia Neal murió a los 84 años en su residencia de Edgarton (Massachusetts) a causa de un cáncer de pulmón.
Terminó una vida marcada por la enfermedad y por la lucha para superarla. Durante su carrera, Neal sufrió tres infartos cerebrales y vio morir a una de sus hijas por encefalitis. Fue la amante de un Gary Cooper ya casado y la esposa durante 30 años del autor de literatura fantástica Roald Dahl.
La prometedora carrera de la actriz comenzó con su debut en Broadway, con 21 años, en el drama Another Part of the Forest, de Lillian Helman. La interpretación le valió el premio Tony, el galardón más importante del mundo del teatro en EE.UU.
Su estreno en la pantalla de cine fue en 1949, junto a Ronald Reagan, en la comediaJohn Loves Mary. Su voz grave -casi comparable a la de Lauren Bacall- y su mirada triste no encajaron bien con el papel cómico.


con Cooper
Ese mismo año participó en El manantial, la adaptación cinematográfica de la novela de Ayn Rand dirigida por King Vidor y coprotagonizada por Gary Cooper, con el que mantuvo un romance de tres años.
La película fue un fracaso. "Fue el final de mi carrera como una segunda Garbo", llegó a asegurar la actriz. También de 1949 es otro papel junto a Reagan, que acabaría siendo presidente de EE.UU., Alma en tinieblas (The Hasty Heart)
Durante los años 50, sus mayores éxitos fueron una adaptación de la novela de Ernest Hemingway, Tener o no tener, que dirigió Michael Curtiz bajo el título de Punto de ruptura (The Breaking Point, 1950), y Un rostro en la multitud (1957), dirigida por Elia Kazan.
A finales de esa década, interpretó sobre las tablas del teatro y con gran aplauso crítico un papel en El milagro de Anna Sullivan (The miracle worker) y otro en De repente, el último verano, de Tennessee Williams.
Cooper & Neal
Neal participó en cerca de una quincena de películas -incluyendo un papel secundario en la mítica Desayuno con diamantes (1961)- desde su debut hasta conseguir su gran éxito en Hollywood. Éste se produjo con Hud, de 1963, en la que interpretaba a una mujer que no sucumbía al intento de seducción de Paul Newman. Un año después, el papel le supuso el Oscar.
La actriz había relanzado su carrera y estaba en la cresta de la ola. Incluso John Ford la contrató para el que sería uno de sus últimos largometrajes de ficción, Siete mujeres. Pero nunca pudo hacer ese trabajo porque entonces llegó la tragedia.


En 1964, y estando embarazada de su cuarto hijo, sufrió tres infartos cerebrales que la sumieron en coma durante tres semanas. Gracias a un duro trabajo de rehabilitación, con el empeño de su marido, recuperó el habla y el movimiento. Dio a luz una
En 1968 regresó al trabajo con Una historia de tres extraños (The Subject was Roses), que le supuso una nueva nominación al Oscar. Desde ese momento, su carrera sufrió un declive imparable.
Su vida personal estuvo marcado por el affaire con Cooper. "Es una de las cosas más maravillosas que me ha sucedido en la vida. Le sigo amando, incluso ahora", escribió en su autobiografía, As I am, publicada en 1988.
Cooper era un hombre casado y el romance con Neal terminó cuando su mujer se negó a darle el divorcio. Durante los tres años que duró la relación extramarital, Neal quedó embarazada y abortó.
Tres décadas después, aún lloraría antes de dormir. "Si hubiese una sola cosa que pudiese hacer de nuevo, sería tener ese niño", aseguró.
Con Gary Cooper


En 1953 se casó con el escritor Roald Dahl a pesar de que, como reconoció en su autobiografía, no le amaba. El afamado autor de literatura fantástica fue el padre de sus cinco hijos en un matrimonio de 30 años lleno de tragedias familiares.
Uno de sus hijos sufrió daños cerebrales con cuatro meses de edad al quedar atrapado entre un taxi y un autobús. Su hija mayor murió a los 7 años por una encefalitis causada por el sarampión.
Gracias al empuje de Dahl, Neal pudo recuperarse de sus infartos. Su relación no fue, sin embargo, un idilio. En 1983 se divorciaron, tras descubrir Neal que él había mantenido una larga relación amorosa con una de las mejores amigas de la actriz. Dos años antes, una tv movie había retratado su historia.
Dahl falleció en 1990. En estos últimos años, la actriz ha dedicado su tiempo y sus energías a conseguir dinero para las víctimas de parálisis cerebral. Hace dos años se apagó una de las voces graves femeninas más famosas de Hollywood

rtve

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